La autoestima implica auto-exploración personal para lograr mayor y mejor conocimiento de ti mismo/a y la elaboración de un auto-concepto positivo o buena imagen de ti mismo/a, auto-aceptación y auto-respeto.
Tu amor propio se fundamenta principalmente en los mensajes recibidos en los primeros años de tu vida. Este sentimiento es un producto del amor de tus padres y se forja desde que que naces.
Si no has aprendido a sentirte naturalmente valioso/a desde pequeña/o, de adulto necesitas hacerlo de una manera consciente, «ponerte a trabajar en ello».
Si aprendiste a sentirte valioso/a, es muy difícil que los problemas de la vida adulta destruya esta convicción.
Es importante que no conviertas tu amor propio en auto-adoración, comprender que la autoestima alta no significa un estado de éxito total y constante; es también reconocer tus limitaciones y debilidades, experimentar la necesidad de interactuar con los demás .
Cuando te quieres a ti misma/o no lastimas, devaluas,
humillas o destruyes a otros o a ti misma/o.
Cuando te sientes bien contigo y te agradas, hay magníficas posibilidades de que puedas enfrentar la vida desde una postura de dignidad, sinceridad, fortaleza, amor y realidad.
La autoestima puede ser remodelada a cualquier edad. El primer paso es descubrir cómo te subestimas, reconocer esta situación, luego viene la disposición para cambiar.
El desarrollo de la autoestima requiere del tiempo, paciencia y el valor necesario para correr el riesgo de probar cosas nuevas.
Si inviertes energía en este esfuerzo, descubrirás recursos ocultos y desplegarás sentimientos de valor personal.